La terapia génica contra la leucemia llega al Clínic con un CAR-T propio, gracias al Proyecto ARI.

Diez pacientes, ocho adultos y dos niños con linformas no hodgkin o leucemias linfoides agudas o crónicas, que no responden ya a ningún otro tratamiento han probado la terapia avanzada llamada CAR-T (Chimeric Antigen Receptor-T) que han desarrollado íntegramente los equipos de inmunoterapia del Hospital Clínic y los laboratorios de la Universitat de Barcelona.

Hasta ahora esta esperanza para leucemias y linformas sólo estaba disponible comercialmente en Estados Unidos por un millón de dólares y ahora, una vez aprobada como terapia, a casi medio millón. A partir de esta investigación, esta terapia podría ser accesible a la sanidad pública española.

Una apuesta por la investigación desde los hospitales, por tratamientos que nacen del mundo académico en medio de una polémica global por los desorbitados precios de las nuevas terapias. Si los resultados siguen confirmándose, este CAR-T público estará pronto a disposición de cualquier hospital español con un coste menor que un trasplante de médula ósea, entorno a los 65.000 euros.

Los CAR-T son unas células del sistema inmune (linfocitos T) que son reprogramadas genéticamente para atacar solo las células tumorales. El proyecto empezó hace 20 años. Los investigadores de inmunoterapia y los hematólogos del hospital vieron en esta nueva técnica de modificación de los linfocitos T que se estudiaba en Filadelfia una gran oportunidad.

El proyecto CAR-T consiste en separar los diferentes componentes de la sangre de los pacientes a través de una máquina. Se extraen los linfocitos T (CD4 y CD8) del paciente, y se modifican en el laboratorio agregándoles un virus con tres tipos de genes diseñados para reconocer y atacar las células cancerosas) y transfundirlos de nuevo al organismo del paciente para que maten las células malignas sin dañar las sanas.

El proyecto ARI surge de Ari, (www.projecteari.com) una joven con leucemia cuyos padres buscaban desesperados otra solución para una enfermedad que rebrotaba. Su madre, Àngela Jover y la misma Ari plantearon al hospital que el dinero se podía buscar vía donaciones si ellos estaban dispuestos a convertir la idea en realidad.

El proyecto Ari arrancó hace menos de dos años con tal ímpetu que ha logrado recaudar más de un millón de euros que han donado casi 1.500 particulares, 23 fundaciones y asociaciones, y 556 empresas. Ari, que ahora tendría 20 años, murió el año pasado, pero la parte que ella promovió personalmente a través de su trabajo de investigación de bachillerato –la recaudación de un concierto- se cumple a rajatabla: más visitas a domicilio de paciente de leucemia gracias a dos coches donados, lo que evita ingresos, y otras mejoras en la asistencia a los pacientes que están en el hospital por valor de 36.823 euros. Àngela Jover, su madre, sigue dirigiendo el proyecto. En menos de dos años, ocho pacientes ya han recibido el tratamiento y dos más lo harán en dos semanas.

El ensayo comenzó hace cuatro meses y según el doctor Álvaro Urbano-Ispizuanuestro CAR-T se está comportando como lo publicado por otros grupos americanos. El tratamiento funciona y es seguro. Sólo ha habido un caso de efectos secundarios importantes pero era uno de los previstos y lo hemos podido tratar”. “Ahora hemos pedido a la Agencia Española del Medicamento autorización para veinte casos más porque necesitamos un número mayor para validar resultados”.

Los tumores están remitiendo, “pero es muy pronto para dar resultados. Por los ensayos estadounidenses que llevan más tiempo sabemos que hay remisión en el 85% de las leucemias linfoblásticas agudas”. Hay que matizar que el CAR-T no cura la leucemia, según sostienen los médicos del Clínic “la limpia temporalmente o para siempre”. De hecho, es “un medicamento vivo” porque estos linfocitos T reprogramados perduran en el tiempo. No saben cuánto, pero tienen memoria. “Hay casos tratados en 2010 ahora libres de la enfermedad y aún se les detecta el CAR-T”, apunta el inmunólogo Manel Juan.

Lo que sí saben es que en los que reaparece la enfermedad es posible volver a aplicar el tratamiento y de hecho, la ampliación solicitada a la Agenda Española del Medicamento, que sigue semana a semana la evolución del proyecto, incluye permiso para volver a tratar en aquellos casos en que la enfermedad reaparece.

La diferencia es abismal, “la supervivencia libre de enfermedad a los dos años es del 50% y esto son muy buenas noticias porque en una leucemia resistente solo podíamos hacer un trasplante alogénico (donante) de médula ósea, que tiene una supervivencia a los dos años del 20%”. Susana Rives, hematóloga de Sant Joan de Déu (hospital que es pareja pediátrica del Clínic en el proyecto ARI) añade que no tiene “nada que ver con la quimioterapia. Los enfermos en remisión van a clase, juegan a fútbol, tienen una vida normal”. Además Sant Joan de Déu es uno de los pocos centros europeos que ha participado en el ensayo del CAR-T de Novartis, el primero en comercializar el tratamiento que hoy tienen otras dos farmacéuticas.

El paso siguiente es desarrollar otros CART, “porque tenemos más anticuerpos que podrían actuar contra el tumor”. Así se plantearán probar con otros cánceres. Y esperan lograr un acuerdo con el Servei Català de la Salut para que pague el tratamiento. “Estamos muy avanzados”, asegura el director del Clínic, Josep Maria Campistol.

PorElisabet Basco