La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se define, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una enfermedad pulmonar progresiva caracterizada por una reducción persistente del flujo de aire. Puede causar disnea (dificultad para respirar, al principio asociada al esfuerzo pero que aumenta con el tiempo hasta aparecer en reposo) y predispone a padecer exacerbaciones y enfermedades graves.
Es una enfermedad que no siempre se llega a diagnosticar y es potencialmente mortal. Se estima que en 2015 murieron por esta causa cerca de 3 millones de personas en todo el mundo (según datos de la OMS), lo cual representa un 5% de todas las muertes registradas ese año.
La EPOC tiene una evolución lenta y generalmente se hace evidente a partir de los 40 o los 50 años de edad. Sus síntomas más frecuentes son la disnea, la tos crónica y la expectoración. A medida que la enfermedad empeora, los esfuerzos del día a día como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta, o incluso las actividades cotidianas, pueden hacerse muy difíciles. Los pacientes sufren frecuentes exacerbaciones, estos episodios pueden ser muy incapacitantes, requieren atención médica de urgencia (incluso hospitalización) y, en ocasiones, pueden ser mortales.
Su diagnóstico se hace en base a los síntomas mencionados y se confirma mediante una espirometría, que mide el volumen de una espiración efectuada con un máximo esfuerzo y la rapidez con la que se espira el aire.
No se cura. El mejor tratamiento es, precisamente, su prevención. Existen múltiples factores de riesgo que podemos evitar con los que se retrasaría la evolución de la enfermedad y reduciría la mortalidad:
La EPOC es una de las enfermedades pulmonares que genera más consultas en Atención Primaria, ocasionando un elevado consumo de recursos sanitarios. Esta realidad está muy relacionada con la baja adhesión terapéutica entre estos pacientes. Según reveló el Proyecto TAI, a iniciativa del Comité Científico del Proyecto TAI liderado por el Dr. Vicente Plaza y promovido por Chiesi, en España tan solo el 37,5% de los adultos con asma o EPOC mantienen una correcta adhesión o cumplimiento de su tratamiento con inhaladores y únicamente el 29% son buenos cumplidores en la recogida de la medicación.
Combatir la baja adhesión terapéutica puede contribuir a un mejor control del asma y la EPOC, a menos visitas al médico y a una mayor calidad de vida de los enfermos. Con esta finalidad Laboratorios Chiesi ha impulsado el Programa de Formación ADAGIO para proporcionar “a los profesionales sanitarios las herramientas y habilidades necesarias para evaluar el cumplimiento terapéutico de los pacientes y aplicar las medidas correctoras necesarias”, explica el Dr. Vicente Plaza, coordinador del Comité Científico del Programa de Formación ADAGIO y miembro del Comité Científico del Proyecto TAI, Director del Servicio de Neumología del Hospital Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) y el estudio RETAI, en el que participan 27 investigadores de todo el país y en el que está previsto incluir más de 800 pacientes. Con el objetivo de determinar el alcance de la combinación de la información obtenida mediante el cuestionario TAI y la información sobre la dispensación de la medicación inhalada en las farmacias, en la adhesión terapéutica de los pacientes tratados con inhaladores.
Otras medidas adoptadas para aumentar la adherencia al tratamiento son las nuevas tecnologías, que juegan un papel clave en la práctica médica. Un ejemplo es la App gratuita para smartphones y tablets InhalCheck, que tiene por objetivo ayudar a mejorar la técnica de inhalación para contribuir a incrementar la eficacia del tratamiento. “Hemos logrado aumentar la corrección en la técnica de inhalación. Cada vez nos atrevemos a proponer el método a más gente, y de edad más avanzada”, explica Jordi Giner, DUI de Enfermería del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona). “Permite al paciente que utiliza dispositivos de inhalación grabar cómo realizar la técnica y mandarla a su médico o enfermera para que la pueda verificar y corregir si es necesario” indica Jordi Giner.
La terapia inhalada es la vía de elección para el tratamiento de EPOC y es fundamental el correcto uso del dispositivo prescrito. Sin embargo, no siempre la inhalación se realiza de forma incorrecta, el medicamento no alcanza adecuadamente los pulmones y no actua de forma apropiada, con lo que el paciente no se beneficia del tratamiento.
De ahí la importancia de impulsar programas de investigación, de formación y herramientas que fomenten la mejora de la adhesión terapéutica en el tratamiento es clave para la recuperación de los pacientes que padecen estas enfermedades.
La introducción de antibióticos en la práctica clínica, tanto para uso humano como veterinario, ha permitido un tratamiento eficaz de la mayoría de los procesos infecciosos bacterianos de nuestro entorno.
No obstante, el desarrollo de las resistencias a los antibióticos y la escasez de tratamientos alternativos, constituyen en la actualidad uno de los mayores desafíos que afronta la medicina moderna. La resistencia a los antibióticos se considera ya uno de los problemas de salud pública más serios; se trata de una amenaza global que afecta tanto a la salud humana como a la veterinaria, así como a las actividades ganadera y agrícola, el medioambiente, el comercio y la economía mundial.
La aparición de resistencias es debido principalmente a:
Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos se estima que en España más de 4.000 muertes anuales son debidas a bacterias multiresistentes, cifras que alcanzan los 25.000 casos si nos referimos a toda la Unión Europea, con unos costes añadidos de aproximadamente 1.500 millones de euros por cuidados extra hospitalarios, cuidados médicos y pérdidas en la productividad.
La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva. Todos somos responsables de este fenómeno y, también, parte de la solución en la estrategia para impulsar el uso prudente de los antibióticos que garantice la eficacia de éstos en el futuro.
Atendiendo a la relevancia de este problema, se ha firmado recientemente un acuerdo global firmado por los 193 países miembros de la ONU para hacer frente a esta cuestión. Se ha creado en nuestro país un grupo coordinador de expertos, auspiciado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y coordinado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, para elaborar el “Plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencias a los antimicrobianos (2014-2018)”, constituido por las partes interesadas en este tema, entre los que se encuentra el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Este plan también es conocido como Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN) y, desde que fue creado, ha trabajado en una serie de documentos vinculados a diferentes medidas, en cuya elaboración han colaborado todas las Comunidades Autónomas, más de 260 expertos, más de 70 Sociedades Científicas, así como representantes de 6 Ministerios (Sanidad, Agricultura, Educación, Economía, Interior y Defensa).
Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes. Cada vez es mayor el número de infecciones –por ejemplo, neumonía, tuberculosis y gonorrea- cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.
La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad.
Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria.
Estas son algunas de las medidas que, como pacientes, podemos tomar para ayudar a que los antibióticos sigan siendo eficaces:
Si quieres conocer más medidas de prevención y control de las resistencias a los antibióticos, visitando la página web de la Organización Mundial de la Salud encontrarás el detalle de las causas que pueden provocarla y qué precauciones hay que tomar para evitarlas.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte (29.39%) para el conjunto de la población española, por delante del cáncer (26.36%). Según datos de la Federación Mundial del Corazón (WHF por sus siglas en inglés), son responsables de 17,5 millones de muertes prematuras y se estima que esta cifra ascenderá a 23 millones en el año 2030. Se consideran enfermedades cardiovasculares todas aquellas relacionadas con el corazón o los vasos sanguíneos (arterias y venas), es decir, todas las patologías que afecten al sistema cardiovascular, destacando especialmente la enfermedad coronaria, el infarto agudo de miocardio, la insuficiencia cardíaca, el accidente cardiovascular o ictus y la enfermedad vascular periférica.
En el Día Mundial del Corazón, desde Etal Pharma nos sumamos a los consejos que distintas entidades, sociedades y asociaciones de pacientes manifiestan sobre los hábitos de vida saludable y los estudios que acreditan que éstas son la principal forma de reducir el riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares.
En un artículo publicado en el blog de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Carlos Macaya Miguel, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC) se menciona que la enfermedad cardiovascular es prevenible en más del 80% de los casos. “Investigar es necesario pero no deberíamos olvidar la prevención, la acción más efectiva”.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, con su documento “Prevenir el riesgo cardiovascular es prevenir las enfermedades cardiovasculares”, redactado en colaboración con Lilly Diabetes, Merck y Novartis señala la importancia de no esperar a un aviso e ir un paso por delante.
En la misma línea se manifiesta la “Societat Catalana de Cardiologia” que en colaboración con Astra Zeneca elaboró la “Guia de recomanacions per a la persona afectada de malaltia coronària” que da consejos a los pacientes que ya han sufrido una enfermedad coronaria y a pacientes que quieran evitar cualquier tipo de enfermedad cardiovascular manteniendo un excelente estado de salud.
A partir de las indicaciones de estas sociedades mencionadas y otras orientaciones de la Federación Mundial del Corazón o la FEC resumimos los principales hábitos saludables para cuidar a nuestro corazón y que, potencialmente, pueden reducir la prevalencia de la mortalidad relacionada con las enfermedades cardiovasculares:
Poner fin a la epidemia del SIDA significaría que todas las personas, con o sin VIH, fueran capaces de vivir su vida con normalidad, desde el nacimiento hasta la edad adulta y en la vejez, con dignidad y libres de discriminación. Todas las personas tendrían la misma oportunidad de crecer, desarrollarse, prosperar, trabajar y disfrutar de una vida próspera y plena, con el apoyo de leyes, políticas y programas que aborden los determinantes sociales del VIH, la salud y el bienestar.
ONUSIDA, por su parte, ha puesto fecha al inicio de esta forma de vida, hasta ahora considerada utópica: 2030.
Se contempla que 2030 sea el año con:
Pero la realidad, en España, a día de hoy es que se estima que hay entre 130.000 y 160.000 personas según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, diagnosticadas de VIH, de las cuales el 46,5% presentan un diagnóstico tardío. El diagnóstico tardío de la infección es uno de los principales obstáculos de la respuesta a esta epidemia.
Se define diagnóstico tardío (DT) como la presencia de una cifra de CD4 inferior a 350 células/µl en la primera determinación tras el diagnóstico de la infección por VIH; y enfermedad avanzada (EA) cuando la presencia de linfocitos CD4 es inferior a 200 células/µl. El objetivo, por lo tanto, es poder detectar el VIH precozmente, cuando la cifra de linfocitos aún sea superior a 350 células/µl.
¿Por qué se le da tanta importancia a la detección precoz?
La detección precoz de la infección por VIH es esencial, por varias razones, expuestas en una guía de recomendaciones para el diagnóstico precoz del VIH en el ámbito Sanitario creada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Por todas estas razones, resulta evidente la relevancia de reducir la proporción de personas con VIH sin diagnosticar, sin vulnerar el derecho a la confidencialidad y la voluntariedad de la prueba, objetivo prioritario incluido en el Plan Estratégico de Prevención y Control de la Infección por VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), en España, 2013-2016.
Si hablamos de la labor en la concienciación sobre el diagnóstico precoz no podemos olvidar a CESIDA (Coordinadora Estatal de VIH y SIDA) quién, des del año 2009, lanza una campaña anual para promover la prueba del VIH entre las personas que hayan podido estar expuestas a situaciones de riesgo.
Hasta fechas recientes, los productos sanitarios para autodiagnóstico del VIH no han estado disponibles en el mercado europeo. Sin embargo, en la actualidad, ya existen productos que han obtenido el marcado CE y que se comercializan en el Reino Unido y en Francia. Asimismo, se ha mostrado interés en la comercialización de alguno de estos productos en España.
En el momento de la redacción de este artículo existe un proyecto de Real Decreto por el que se modifica el Real Decreto 1662/2000, de 29 de septiembre, sobre productos sanitarios para diagnóstico in vitro, eliminando la exigencia de prescripción para la venta al público y la prohibición de la publicidad en los reactivos de autodiagnóstico para la detección del VIH. A fecha de 22 de Junio de 2017, este documento de proyecto de Real Decreto se encontraba sometido a trámite de audiencia y se espera su entrada en vigor en un futuro próximo.
Sin duda, la aprobación de esta modificación del Real Decreto 1662/2000 abre un nuevo paradigma para la comercialización y publicidad de productos sanitarios que permitirán el autodiagnóstico del VIH y, a su vez, su detección precoz que permitirá abordar la epidemia VIH/Sida que, cerca de cumplir un siglo, ha producido unos 34 millones de muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).